Superar una ruptura de pareja

Consejos sobre cómo volver a empezar tras una ruptura de pareja 

 

Las rupturas de pareja son dolorosas, algo totalmente natural. Si eres la persona a quien dejan, asumir que el otro ya no te quiere es difícil y deja una herida en el corazón que escuece por algún tiempo. Pero si eres tú quien deja al otro, aunque no sea al mismo nivel, también vas a sentir un vacío y una sensación de pérdida. 

 

Romper con la pareja nunca es fácil. Tanto si estamos en un lado como en el otro, las rupturas son una de las experiencias más dolorosas que podemos vivir. Independientemente del motivo que ha dinamitado la relación, la ruptura amorosa nos trastoca de tal manera que, en ese momento, nos da la impresión de que nunca lo vamos a superar, creemos que ese dolor no va a desaparecer jamás. 

 

Romper con alguien tambalea tanto nuestras vidas que son precisamente las rupturas una de las causas más frecuentes para solicitar ayuda psicológica. Si bien rara vez evoluciona a un cuadro patológico, sí que es innegable que pueden afectar a nuestra salud mental, sobre todo si son mal llevadas o han ocurrido sin que nos las esperáramos. 

 

Cómo volver a empezar tras una ruptura no tiene una receta mágica. Es un proceso que requiere paciencia, esfuerzo, autorreflexión, fortaleza y, sobre todo, tiempo. Hay que confiar en el paso del tiempo que, al fin y al cabo, es lo que termina curando las heridas. 

 

Cuando se rompe una pareja se empieza un período de duelo. Es esperable que este duelo lo pasen las dos partes, pero normalmente es la que ha sido dejada la que lo sufre con mayor intensidad. Por lo general, suele durar entre 6 y 12 meses. 

 

Como en cualquier otro duelo, el de una ruptura implica pasar por ciertas fases. Podemos hablar de unas fases universales, aunque cada persona lo puede vivir a su manera : 

 

El shock.

Se aplica especialmente a la persona que ha sido dejada, quien se ve sorprendida por una noticia inesperada y su sensación es de incredulidad.  

 

La negación.

Una de las actitudes de la persona dejada es ver la ruptura como algo meramente temporal, producto de una discusión puntual o un malentendido. Se tiene la esperanza de que se reconciliarán, pero esto no son más que falsas esperanzas y negación a aceptar la realidad. 

 

Decaimiento.

Empieza a entender el hecho de que ya no está con esa persona que tanto quería. Comienza una fase marcada por la intensa tristeza de tener que aceptar este hecho. Empiezan a aparecer síntomas propios de la depresión: tristeza, apatía, problemas de sueño, cambios en la alimentación, pensamientos obsesivos… Dada la intensidad emocional de esta etapa es muy importante no reprimir las emociones, sino dejarlas salir. Esta liberación es terapéutica, ayudará a superar la ruptura de una mejor manera. 

 

Aceptación.

Finalmente se acepta lo que ha ocurrido y la nueva situación. Esto no quiere decir que inmediatamente se sea feliz. Lo que ocurre en este momento es que la persona empieza a animarse, tratando de rehacer su vida, buscando nuevos objetivos, nuevos planes… 

 

Qué hacer ahora. 

Es un momento en el que nos encontramos mal, no nos apetece hacer nada, sentimos muchas clases de emociones negativas. Qué hacemos con ello, pues simplemente dejarlas salir.

Debemos permitirnos sentir esas emociones, es un modo de soltarlas y liberarnos poco a poco de ellas. Parece contradictorio, pero no podemos reprimirlas pues nos harían más daño. Eso sí, no hacerlo para siempre ni regocijarnos en la pena porque eso sería rebozarnos en el barro y sería mucho más difícil salir de ahí. 

 

Llegará un momento en que ya estemos hartos de sentirnos mal, de llorar, de ser negativos… Es hora de obligarnos a hacer cosas, aunque todavía nos cueste un poco.

 

Busca actividades que te obliguen a relacionarte con otras personas, que te sirvan para volver a empezar a vivir la vida, tu vida. Necesitamos activarnos tras ese apagón, tú decides qué quieres hacer. 

 

Pon el foco en otro lugar, mantente ocupado en otras cosas, es una forma de olvidar tu reciente pasado. Busca nuevos objetivos que te hagan sentir bien y crecer personalmente.  

 

Olvídate de culpar a nadie. Una relación de pareja se trata de dos y, a lo sumo, habrá responsables, los dos. Y ojo, no te juzgues, como muchos dicen “las cosas pasan por algo” y yo añado “y para algo” (por supuesto para algo mejor). 

 

Y lo más importante: empieza a quererte, a mimarte, regálate bonitas palabras, y regálate algún capricho.

 

Ponte en primer lugar, tú eres lo más importante ahora para ti. Si tú estás bien, lo demás estará bien, te lo creas o no.

 

 

Si tú estás bien, lo demás estará bien.